Derrota histórica para Israel: La CIJ dictamina que es plausible que Israel esté cometiendo genocidio

El pueblo palestino pide que se ejerza la máxima presión para detener el genocidio y desmantelar el apartheid.

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A pesar del dolor, ¡2016 fue un año de victorias impresionantes para el BDS!

Los 8 indicadores más significativos del impacto del BDS en 2016

(1) Otras tres multinacionales se vieron obligadas, bajo presión de BDS, a poner fin a su participación en proyectos ilegales israelíes, lo que indica el comienzo de un efecto dominó.
La salida de Veolia de Israel en 2015, provocada por siete años de pérdidas de licitaciones en todo mundo por valor de más de 23.000 millones de dólares, fue seguida en 2016 por la salida de Orange, CRH y G4S (en su mayor parte), todo ello debido a las intensas campañas de BDS.

Después de sufrir lo que el Financial Times llamó “daños a la reputación”, debido a las exitosas campañas de BDS en su contra, G4S, la compañía de seguridad privada más grande del mundo, decidió poner fin a la mayor parte de su participación en los negocios ilegales israelíes. La campaña de BDS contra G4S se intensificará, sin embargo, como ha anunciado el BNC, hasta que la empresa ponga fin por completo a su complicidad con Israel en las violaciones de los derechos palestinos.

G4S, considerada durante años como uno de los principales objetivos del BDS por suministrar productos y servicios a las prisiones, la policía, los checkpoints y las colonias ilegales israelíes, ha perdido contratos lucrativos o se ha enfrentado a importantes decisiones de desinversión, especialmente en Kuwait, Noruega, Sudáfrica, Colombia, la Unión Europea y los EE.UU., así como en Jordania y el Líbano, donde la empresa perdió contratos con organismos de Naciones Unidas.

Un portavoz de G4S confirmó hace unas semanas la venta de casi todos los negocios de la empresa en Israel, aunque admitió que seguirá invirtiendo en un importante centro de formación de la Policía israelí, lo cual implica a la empresa en crímenes bien documentados y en graves violaciones de los derechos humanos cometidas por la Policía israelí contra el pueblo palestino.

Una investigación independiente de la organización israelí Who Profits (Quién lucra) ha revelado que el socio inversionista de G4S en el infame centro de entrenamiento policial es Shikun & Binui, una compañía israelí que está profundamente involucrada en la construcción de colonias ilegales israelíes. Esto involucra a G4S aún más en las violaciones israelíes de los derechos humanos.

(2) La guerra legal global de Israel contra el BDS sufrió reveses fatales después de que la UE defendiera el derecho a boicotear a Israel en virtud de la libertad de expresión.
A pesar de su guerra sin cuartel de propaganda, espionaje, intimidación y deslegitimación legal contra el movimiento BDS, y a pesar de su relativo éxito en impulsar medidas antidemocráticas, represivas y macartistas contra el BDS en Francia, en el Reino Unido y en legislaturas estatales de Estados Unidos, el lawfare (guerra legal) de Israel contra el BDS sufrió en 2016 golpes fatales y probablemente irreversibles.

Casi 200 juristas europeos/as, incluyendo juristas de renombre mundial, emitieron una declaración defendiendo el derecho a apoyar el BDS según el Derecho Internacional, dando un importante golpe legal a la guerra de Israel contra el movimiento no violento liderado por la sociedad palestina.

Sin embargo, el revés más significativo para Israel a este respecto se produjo cuando la Unión Europea avaló el derecho al BDS como una forma legítima de libertad de expresión protegida por las convenciones europeas de derechos humanos.

A principios de año, los gobiernos de Suecia, Irlanda y los Países Bajos, así como Amnistía Internacional, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la Internacional Socialista, el Consejo de Organizaciones Palestinas de Derechos Humanos (PHROC) y cientos de partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales de todo el mundo, reafirmaron el derecho a boicotear a Israel, lo que marcó un hito decisivo en la decisión de la UE.

Por la misma época, también el Departamento de Estado de Estados Unidos reconoció indirectamente el derecho a boicotear a Israel como una cuestión de libertad de expresión.
Organizaciones y figuras judías internacionales también defendieron el derecho al BDS como un “derecho civil fundamental” para resistir la ocupación y las violaciones de derechos humanos israelíes.
El Legislativo de Ontario (Canadá) también rechazó una ley anti-BDS promovida por el lobby de Israel.

(3) Espacios libres de apartheid o zonas libres de colonización declaradas por decenas de ayuntamientos de toda Europa
Poco antes de finalizar el año 2016, la Diputación de Valencia (Estado Español) votó por unanimidad para declarar a la ciudad “Libre de Apartheid israelí”, uniéndose a docenas de ayuntamientos de toda España.

En Francia, los consejos municipales de Clermond-Ferrand y St. Pierre des Corps, desafiando con valentía la insólita represión contra el BDS, votaron en diciembre a favor de boicotear los productos de las colonias israelíes en el territorio palestino ocupado. Los municipios de la región parisina de Bondy e Ivry-sur-Seine habían tomado decisiones similares a principios de 2016.
También en diciembre, el Ayuntamiento de Tromso (Noruega) aprobó un boicot de los bienes y servicios israelíes producidos en los territorios palestino y sirio ocupados, uniéndose al Ayuntamiento de Trondheim.

En tanto que el Concejo Distrital de la ciudad de Derry y Strabane se convirtió en la primera autoridad local en Irlanda del Norte en aprobar una moción para boicotear los productos israelíes, la ciudad de Portland (Oregón) se convirtió en la primera en los EE.UU. en apoyar la desinversión de Caterpillar, entre otras corporaciones que violan las directrices de inversión socialmente responsable.

(4) El aislamiento global de Israel se intensificó a medida que la lógica de tolerar su régimen de opresión comenzó a ceder incluso en la ONU ante la lógica de la presión internacional sostenida.
A fines de 2016, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó por unanimidad la resolución 2334 (con la abstención de Estados Unidos), reiterando que las colonias de Israel construidas en el territorio palestino ocupado constituyen una “violación flagrante del Derecho Internacional”. Si bien la resolución no defiende los derechos estipulados por la ONU de la mayoría del pueblo palestino, especialmente de la población refugiada y de la población palestina con ciudadanía israelí, fue considerada en general como un claro indicador del creciente aislamiento internacional de Israel, y como un estímulo para la propagación de los boicots en su contra.

En el mismo sentido, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió en su reunión de marzo de 2016 crear una base de datos de empresas israelíes e internacionales que son cómplices y se benefician del régimen de ocupación de Israel. Esta notable evolución ha puesto a muchas empresas nerviosas por su propia participación en las graves violaciones del Derecho Internacional por parte de Israel.

En todo el mundo, incluso en países que tradicionalmente han apoyado a Israel, el apoyo público a las sanciones contra Israel aumentó significativamente en 2016, lo que evoca comparaciones con el rápido deterioro de la posición mundial de la Sudáfrica del apartheid en la década de 1980.

En los Países Bajos, dos partidos políticos, el D66 y la Izquierda Verde, pidieron sanciones significativas contra Israel.

En Estados Unidos, el 46% de la población y el 60% de los demócratas apoyaron la imposición de sanciones o la adopción de medidas más drásticas contra Israel para obligarlo a poner fin a su colonización de tierras palestinas, según una reciente encuesta de opinión pública de la Institución Brookings.

El gobierno de Portugal se retiró de un controvertido proyecto de entrenamiento policial con la Policía israelí.

La Organización de Comercio Exterior de Japón (JETRO) se retiró de un evento de propaganda israelí en Osaka en el que participaban bodegas establecidas en colonias ilegales.
El Partido Verde de Canadá pidió “medidas económicas tales como sanciones gubernamentales, boicots de consumidores, desinversiones institucionales, sanciones económicas y embargos de armas” para presionar de manera no violenta a Israel para que ponga fin a la ocupación, otorgue a sus ciudadanos/as palestinos/as igualdad de derechos y respete el derecho al retorno de las y los refugiados palestinos, reconocido por la ONU.

El Movimiento por las Vidas Negras en Estados Unidos adoptó medidas de BDS contra la ocupación israelí y el régimen de apartheid.

(5) Más iglesias importantes adoptaron medidas relativas al BDS en apoyo a los derechos humanos del pueblo palestino.
En 2016, la Iglesia Congregacional Unida de África del Sur (UCCSA) adoptó el BDS, mientras que en Estados Unidos la Iglesia Metodista Unida desinvirtió de bancos israelíes que financian la ocupación, tras una desinversión bancaria similar en los últimos años por parte del segundo fondo de pensiones más grande de Holanda, PGGM, y el fondo soberano de Luxemburgo, entre otros.

También en Estados Unidos, la Conferencia Católica de Superiores de Órdenes Masculinas llamó a boicotear las colonias ilegales israelíes, y la Asamblea de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos votó a favor de estudiar el Llamado al BDS y de comprometerse con sus autores, haciendo un llamado al gobierno de los Estados Unidos para que reconsidere su ayuda militar a Israel.

La Alianza de Bautistas de Estados Unidos desinvirtió de compañías que lucran con la ocupación israelí, y la Iglesia Unida en la Paz de Cristo en Santa Cruz (California) votó a favor de boicotear todos los productos de Hewlett Packard (HP) debido al papel que tiene la compañía en las violaciones de los derechos palestinos por parte de Israel.

También en 2016, la Asamblea General Unitaria Universalista (EE.UU.) aprobó la desinversión de empresas cómplices del apartheid israelí.

(6) La campaña de BDS contra el especulador de la ocupación y el apartheid: Hewlett Packard (HP) se propagó por todo el mundo.
En torno al 29 de noviembre, Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, se organizó una Semana de Acción Mundial de BDS para que Hewlett Packard (HP) rinda cuentas por el suministro de tecnología que sostiene el sistema de ocupación, segregación racial y negación de los derechos humanos de la población palestina por parte de Israel. La propagación de las acciones de boicot a HP superó todas las expectativas.

Se organizaron más de 150 actividades en 101 ciudades de 30 países, enviando un fuerte mensaje a las empresas de HP de que si continúan proporcionando la tecnología utilizada por Israel para violar los derechos palestinos, se verán enfrentadas a boicots y desinversiones por parte de personas de conciencia e instituciones progresistas de todo el mundo.

(7) El BDS llegó a los Óscar y a los Juegos Olímpicos, ya que el boicot académico y cultural a Israel se expandió aún más entre gremios de estudiantes, académicos/as, artistas y escritores/as, especialmente en el Sur del mundo, y la Semana del Apartheid Israelí estableció un nuevo récord.
En 2016, el BDS llegó a los Óscar, pidiendo a las y los nominados que renunciaran a un viaje de propaganda a Israel. Varias estrellas ganadoras del Oscar dijeron que no harían el viaje. El BDS también dejó su huella en los Juegos Olímpicos de Río, desencadenando debates generales sobre el papel crucial del boicot académico y cultural a Israel para poner fin a su sistema de injusticia.
La edición 2016 de la Semana del Apartheid Israelí fue la más grande hasta la fecha, con grupos que registraron su participación en más de 225 ciudades y campus universitarios. El crecimiento de la Semana del Apartheid Israelí en América Latina y el mundo árabe fue particularmente inspirador.

Pharrell Williams, diez veces ganador del Grammy, canceló su concierto en Tel Aviv sin dar explicación, y según informes de medios de comunicación israelíes, Beyoncé también canceló sus conciertos programados en Tel Aviv, sin conectar la decisión con los llamados palestinos.

Cientos de académicos/as de Brasil, Italia y los Estados Árabes del Golfo se unieron al boicot académico a Israel en 2016.

Estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile votaron abrumadoramente a favor del BDS, al igual que la Unión de Estudiantes de la Universidad de Qatar, el Senado de estudiantes de la Universidad de Manchester (Reino Unido) y el Sindicato del Colegio Universitario de Londres.

Del mismo modo, el gremio de estudiantes de Halifax (Canadá), el gobierno de estudiantes de la Universidad de Chicago y el senado de estudiantes de la Universidad Estatal de Portland votaron, por separado, a favor de la desinversión en empresas que lucran con las violaciones israelíes de los derechos humanos.

El Centro para el Estudio de la Violencia y la Reconciliación de Sudáfrica se retiró de una conferencia de estudios sobre el genocidio realizada en Israel, tras los llamados de activistas de derechos humanos de Palestina y Sudáfrica, y docenas de docentes de la Universidad de Columbia (Nueva York) pidieron la desinversión del sistema de subyugación de Israel.
El Festival de la Semana de las/los Escritores de Listowel en Irlanda rechazó la financiación de la Embajada de Israel en Dublín.

(8) Los sindicatos internacionales intensificaron su apoyo a las medidas de BDS en solidaridad con el pueblo palestino y en particular con la clase trabajadora palestina
La Secretaría de Derechos Humanos de la Federación Uruguaya de Empleados/as de Comercio y Servicios (FUECYS) aprobó en 2016 el boicot a los productos israelíes y llamó a las empresas uruguayas a romper sus lazos con el apartheid israelí.

En Francia, la Confederación General del Trabajo−Instituto Nacional de Investigación Agrícola (CGT-INRA) adoptó el BDS, a pesar de la represión gubernamental contra el movimiento.
El gremio de estudiantes graduados de la Universidad de Nueva York, parte del United Auto Workers Local 2110, votó por un amplio margen para unirse al BDS, mientras que la Asociación de Profesores/as Auxiliares (TAA/AFT Local 3220) de la Universidad de Wisconsin-Madison (el gremio de estudiantes graduados más antiguo de Estados Unidos) votó abrumadoramente a favor de la desinversión.

Los mayores sindicatos del Reino Unido instaron a G4S a dejar de lucrar con la ocupación israelí.

La Junta Nacional de Relaciones Laborales de Estados Unidos defiende el derecho del sindicato de trabajadores de United Electrical (UE) a apoyar el BDS.


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