Derrota histórica para Israel: La CIJ dictamina que es plausible que Israel esté cometiendo genocidio

El pueblo palestino pide que se ejerza la máxima presión para detener el genocidio y desmantelar el apartheid.

Campaign Area

Boicot cultural

Visión general

Israel utiliza abiertamente la cultura como forma de propaganda para encubrir o justificar su régimen de ocupación, colonialismo de asentamiento y apartheid contra el pueblo palestino. Así como activistas contra el apartheid sudafricano hicieron un llamamiento a artistas, escritores e instituciones culturales internacionales para que boicotearan culturalmente a Sudáfrica, PACBI insta a personas trabajadoras de la cultura y a organizaciones culturales de todo el mundo –incluyendo  sindicatos y asociaciones−, a boicotear y/o trabajar por la cancelación de eventos, actividades, acuerdos o proyectos culturales que involucren a Israel, sus grupos de presión o sus instituciones culturales. Se pide a instituciones y eventos de todo el mundo que rechacen la financiación y cualquier forma de patrocinio del gobierno israelí. Miles de artistas de todas partes se niegan ahora a actuar en Israel, entre ellos un buen número de superestrellas mundiales como Roger Waters de Pink Floyd, Lauryn Hill y Chuck D.
BDS

¿Por qué?

Las razones del boicot cultural a Israel

Funcionarios del gobierno israelí han sintetizado cómo Israel instrumentaliza la cultura para encubrir sus graves violaciones del Derecho Internacional. “Vemos a la cultura como una herramienta de hasbara (propaganda) de primer orden”, admitió un funcionario, “y no distingo entre hasbara y cultura.” El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí proporciona financiación a artistas y escritores/as israelíes con la condición de que, como “proveedores de servicios”, “promuevan los intereses políticos” de Israel. Muchos/as artistas israelíes actúan como “embajadores culturales” del Estado. Cuando artistas internacionales actúan en lugares e instituciones culturales israelíes, contribuyen a crear la falsa impresión de que Israel es un país ‘normal’ como cualquier otro. La absoluta mayoría de escritores, artistas y centros culturales palestinos han adherido al boicot cultural a Israel, y hay un número creciente de israelíes anticoloniales que apoyan el BDS, incluyendo el boicot cultural a Israel.

Descubre más

En respuesta a PACBI, y para distraer y encubrir sus crímenes contra el pueblo palestino, en 2005 Israel lanzó la campaña “Marca Israel”.
Tras la masacre de 2009 en Gaza, por ejemplo, un funcionario israelí anunció un plan para “enviar al extranjero a novelistas y escritores conocidos, compañías de teatro y exposiciones” para “mostrar la cara más bonita de Israel.”
Los y las artistas israelíes que reciben financiación estatal para actuar en el extranjero a menudo firman un contrato en el que se comprometen a “promover los intereses políticos del Estado de Israel a través de la cultura y el arte, incluyendo contribuir a la creación de una imagen positiva de Israel”, con lo que pierden toda pretensión de libertad artística. 
Espacios culturales en muchos países son cada vez más reacios a aceptar financiación del gobierno israelí o a acoger a artistas/escritores financiados por ese gobierno.

Cuando artistas internacionales actúan en lugares e instituciones culturales israelíes, ayudan a crear la impresión de que Israel es un país normal como cualquier otro.
Israel celebra las visitas de artistas internacionales como una muestra de apoyo a sus políticas. Por ejemplo, cuando Alicia Keys violó el boicot y actuó en Tel Aviv en 2013, su visita fue tuiteada con orgullo al menos ocho veces por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.
Un número creciente de artistas, incluyendo superestrellas como Roger Waters de Pink Floyd, Lauryn Hill y Chuck D, ahora se niegan a actuar en Israel. Muchas y muchos otros, sin apoyar públicamente al BDS, ejercen un ‘boicot silencioso’ al negarse a programar eventos culturales en Tel Aviv.

Como parte de su limpieza étnica del pueblo palestino, Israel ha seguido una política de atacar deliberadamente la cultura palestina. Por citar sólo algunos ejemplos:
- Durante la Nakba de 1948 (limpieza étnica sionista de la mayoría de la población palestina nativa), las milicias sionistas y más tarde el Ejército de Israel saquearon y/o destruyeron decenas de miles de libros palestinos.
- En 2009, la Liga Árabe y la UNESCO designaron a Jerusalén ‘Capital de la Cultura Árabe’ para ese año. Israel prohibió las celebraciones, y su Policía disolvió los eventos y actividades culturales en espacios de toda Jerusalén Este ocupada.
- Durante la invasión militar israelí a Ramala en 2002, los soldados saquearon centros culturales y destruyeron manuscritos originales pertenecientes al poeta palestino Mahmoud Darwish.
Para más ejemplos ver: The Case for a Cultural Boycott of Israel (Artists for Palestine, Reino Unido).

El régimen de opresión de Israel contra el pueblo palestino puede ser un cóctel especial de ocupación, colonialismo de asentamiento y apartheid. Pero algunas figuras sudafricanas importantes, como el ministro del gobierno de Mandela, Ronnie Kasrils, y líderes cristianos que lucharon contra el apartheid han argumentado que el de Israel es una forma más sofisticada, evolucionada y brutal de apartheid que su predecesor sudafricano.
Quienes dudan ahora en apoyar el boicot cultural institucional a Israel, cuando en el pasado apoyaron un boicot cultural generalizado contra el apartheid de Sudáfrica, tienen dificultades para explicar esta inconsistencia.

En 2004, la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) −un colectivo de artistas, personas de la academia y trabajadores/as de la cultura de Palestina− hizo un llamamiento al boicot cultural a Israel.
El llamamiento exhorta a artistas, trabajadoras/es de la cultura y organizaciones culturales de todo el mundo a boicotear y a trabajar por la cancelación de actividades culturales que involucren a Israel, sus grupos de presión e instituciones cómplices, o que blanqueen las violaciones israelíes de los derechos humanos.
Ver más información leyendo la convocatoria completa o las directrices para le boicot cultural

Impacto

¿Qué está pasando?

A medida que crece la conciencia sobre la opresión del pueblo palestino por parte de Israel, más y más artistas de todo el mundo se unen al boicot cultural. El apoyo al boicot cultural y la cancelación de actuaciones recibe una atención mediática muy significativa en Israel, lo que demuestra a los israelíes de a pie que hay una creciente oposición a la violación de los derechos humanos palestinos por parte de Israel.

Hitos

Miles de artistas de todo el mundo ya apoyan el boicot cultural

Miles de artistas y trabajadores/as de la cultura han firmado declaraciones públicas en apoyo al boicot cultural. En 2015, más de mil figuras de la cultura en el Reino Unido firmaron un compromiso de boicot cultural. Se han puesto en marcha iniciativas relacionadas con el boicot cultural en Montreal (Canadá), Irlanda, Sudáfrica, Suiza, Líbano, Estados Unidos, entre otros países. Entre las personalidades prestigiosas de la cultura que han apoyado el boicot cultural a Israel se encuentran Stéphane Hessel (sobreviviente del Holocausto y colaborador en la redacción de la Declaración Universal de DD.HH.), Chuck D, Roger Waters, Talib Kweli, John Berger, Arundhati Roy, Iain Banks, Judith Butler, Naomi Klein, Ken Loach, Alice Walker, Angela Davis, Mira Nair, Mike Leigh y muchos/as otros.

Artistas de alto nivel han cancelado eventos en Israel

Artistas de renombre como Elvis Costello, Gil Scott-Heron, Lauryn Hill, Faithless, U2, Bjork, Zakir Hussain, Jean-Luc Godard, Snoop Dogg, Marinah, Cat Power y Vanessa Paradis han cancelado actuaciones en Israel o se han negado a actuar allí. A pesar de ofrecer grandes sumas de dinero a artistas internacionales para desafiar el boicot cultural, los promotores israelíes se quejan de que cada vez les resulta más difícil atraer a artistas de fama mundial. 

61
NÚMERO DE ARTISTAS QUE EXIGIERON A LA PRESTIGIOSA BIENAL DE SÃO PAULO PONER FIN AL ACUERDO DE PATROCINIO ISRAELÍ

Instituciones culturales rechazan la financiación estatal israelí

En 2014, las protestas pidiendo el boicot en el Edimburg Fringe lograron que dos compañías israelíes financiadas por el Estado fueran expulsadas del festival, mientras que otras dos compañías israelíes no relacionadas con el Estado actuaron sin obstáculos. En 2015 no hubo una sola compañía financiada por el Estado de Israel. En 2014, la prestigiosa Bienal de San Pablo puso fin a un acuerdo de patrocinio israelí tras un llamamiento firmado por la gran mayoría de las y los artistas participantes. El mensaje de que el BDS apunta al régimen de opresión de Israel y a sus embajadores culturales está llegando a la comunidad artística israelí.

¡Actúa!

El boicot cultural a Israel se está convirtiendo en una corriente mayoritaria, gracias al trabajo incansable de artistas progresistas y activistas del BDS. La comunidad artística tiene un papel especialmente importante que desempeñar. Si eres artista, por favor muestra tu apoyo al boicot cultural a Israel y persuade a tus colegas artistas de hacer lo mismo.

Corre la voz

Ayúdanos a difundir el boicot cultural entre artistas, amistades y familiares. Comparte esta página a través de las redes sociales.

¡Únete al boicot cultural a Israel!

Abstenerse de participar en eventos culturales en Israel o en actividades financiadas por Israel en todo el mundo es la expresión de apoyo más importante al llamamiento palestino al boicot cultural contra Israel. Si estás en Irlanda, Sudáfrica, Suiza, Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá o Francia, hay compromisos públicos de apoyo al boicot cultural a los que puedes añadir tu nombre.


Consulta las directrices

Haz que tus artistas favoritos conozcan el boicot cultural

Cualesquiera que sean tus artistas favoritos, asegúrate de que sepan que las y los artistas de Palestina están pidiendo un boicot cultural a Israel. La experiencia demuestra que las cartas, los tuits y los mensajes respetuosos, basados en los hechos y en la lógica y dirigidos a artistas funcionan mejor para convencerles de que presten atención o adhieran al boicot cultural como una forma eficaz de apoyar los derechos del pueblo palestino.


¡Cuéntale a los demás sobre tu apoyo al boicot cultural!

Si eres un/a artista que apoya el boicot cultural ¡díselo al mundo entero! Comparte información sobre el boicot cultural a través de tus canales en las redes sociales y cuando te encuentres con colegas en espectáculos y exposiciones. Comparte con tus colegas que tú no actúas ni exhibes tu trabajo en Israel. Comparte tu declaración pública con nosotros para que podamos ayudar a publicitarla.

Únete a una campaña internacional contra un/a artista de renombre

PACBI a veces lanza campañas públicas internacionales que a menudo convencen a artistas de fama para que no actúen en Tel Aviv, de la misma manera que artistas de conciencia boicotearon Sun City en Sudáfrica. Sigue a PACBI en las redes sociales y revisa esta página para conocer detalles de cualquier campaña pública en curso. Tu ayuda en esas campañas será muy apreciada.

Organiza una declaración de apoyo de artistas de tu género o de tu país

Organizar una declaración de apoyo al boicot cultural por parte de cientos de artistas de un país o de un género en particular es un proceso difícil y de largo plazo, pero puede ser una forma muy eficaz de difundir el boicot cultural y atraer a nuevas personas a bordo. Contáctanos para que podamos compartir contigo nuestras experiencias y mejores prácticas al respecto.

Convoca a artistas y trabajadoras/es de la cultura para discutir sobre el boicot cultural

Organizar un evento, un debate o una charla puede ser una buena manera de reunir a la gente para discutir y aprender sobre el boicot cultural. Contáctanos para darte sugerencias de ponentes e ideas sobre cómo organizar una conferencia o debate.

Asegúrate de que tu espacio cultural local esté “libre de apartheid”

Movilízate para convencer a tu espacio cultural local de que no acepte financiación del gobierno israelí ni organice eventos patrocinados por Israel, sus grupos de presión o instituciones cómplices.

Directrices

La referencia para el boicot cultural a Israel es la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), un colectivo de personas académicas, artistas y trabajadoras de la cultura de Palestina. PACBI es miembro fundador del Comité Nacional Palestino de BDS (BNC), la coalición más amplia de la sociedad civil palestina que lidera el movimiento global de BDS y dirige el sitio web BDSmovement.net. PACBI ha establecido directrices detalladas que describen los principios del boicot cultural y cómo debe ser implementado para estar en congruencia con su llamamiento. Esta página es un resumen de esas directrices detalladas. Su objetivo es dar a artistas y simpatizantes una idea general de los principios del boicot cultural. Si estás tratando de establecer si una institución, proyecto o evento es boicoteable o no, es importante que consultes las directrices completas para el boicot cultural o contactes a PACBI.

Boicot cultural - un resumen

PACBI insta a artistas, trabajadores/as de la cultura y organizaciones culturales de todo el mundo a boicotear y trabajar para la cancelación de actividades que involucren a Israel, sus grupos de presión e instituciones cómplices o que blanqueen las violaciones israelíes de los derechos humanos. Se trata de un boicot a las instituciones culturales israelíes, no a las personas israelíes. El BDS apunta a la complicidad, no a la identidad. El boicot cultural a Israel debe continuar hasta que Israel cumpla con las tres demandas del llamamiento al BDS. Las instituciones culturales israelíes pueden evitar ser boicoteadas si cumplen con las tres exigencias del llamamiento al BDS, y ponen fin a todas las formas de apoyo a las violaciones israelíes del Derecho Internacional.


Específicamente, PACBI insta a boicotear:

A la comunidad artística internacional se le pide que no actúe ni exhiba en Israel. Esto se debe a que las actuaciones allí ayudan a crear la impresión de que Israel es un ‘país normal’, encubriendo así sus violaciones de los derechos humanos palestinos. Israel considera las actuaciones en Tel Aviv como un respaldo a sus políticas. La sociedad civil palestina rechaza la idea de que el daño causado por un artista que actúa o exhibe sus obras en Israel pueda compensarse de alguna manera con una actuación o exposición paralela en el territorio palestino ocupado. Este intento de ‘equilibrio’ socava los derechos del pueblo palestino.

Como regla general dominante, las instituciones culturales israelíes, a menos que se demuestre lo contrario, son cómplices en el mantenimiento de la ocupación israelí y en la denegación de los derechos básicos del pueblo palestino. Las instituciones culturales israelíes prestan apoyo a los crímenes de Israel, ya sea mediante su silencio o su participación activa en la justificación, el encubrimiento o cualquier otra forma de desviar deliberadamente la atención de las violaciones del Derecho Internacional y los derechos humanos cometidas por Israel. Entre las instituciones culturales se incluye: bandas de música, orquestas, compañías de danza, compañías de teatro, compañías de producción cinematográfica, festivales de cine, museos, etc.

Las y los artistas israelíes que reciben financiación estatal a menudo firman un contrato prometiendo ser buen/a embajador/a de Israel y sus políticas. Cualquier producto o evento cultural resultante es claramente boicoteable. Todos los productos culturales no israelíes (internacionales, palestinos) financiados por organismos oficiales israelíes o por organizaciones internacionales de la “Marca Israel” tienen motivaciones políticas y deberían ser objeto de boicot. No obstante, los productos culturales israelíes que reciben financiación estatal como parte del derecho de un/a trabajador/a (y contribuyente) israelí, sin que la persona esté obligada a servir a los intereses políticos y propagandísticos del Estado, no son boicoteables.

El principio general es que cualquier actividad o evento cultural llevado a cabo bajo el patrocinio de o en cooperación con un organismo oficial israelí, un grupo de presión israelí o una institución cómplice constituye complicidad y, por lo tanto, merece ser boicoteado. Lo mismo puede aplicarse al apoyo o patrocinio de instituciones no israelíes que sirvan a los propósitos de imagen o propaganda de Israel. Dichos eventos y actividades incluyen: exposiciones de arte, proyecciones de películas, festivales, obras de teatro, conferencias, espectáculos (música, danza, etc.), giras, entre otras actividades.

En el contexto palestino, la normalización se refiere a cualquier actividad que cree la impresión de que Israel es un Estado como cualquier otro y que el pueblo palestino (el oprimido) e Israel (el opresor) son igualmente responsables del “conflicto”. Lejos de cuestionar el injusto statu quo, estos proyectos contribuyen a su perdurabilidad y son intelectualmente deshonestos, y por eso deben ser boicoteados. Un ejemplo de un proyecto de normalización boicoteable sería un evento conjunto diseñado explícitamente para reunir a palestinos/árabes e israelíes para que puedan presentar sus respectivos relatos o perspectivas, o para trabajar hacia la reconciliación sin abordar las causas profundas de la injusticia. No obstante, un proyecto conjunto no es boicoteable si: a) la parte israelí del proyecto reconoce la integralidad de los derechos del pueblo palestino según el Derecho Internacional (correspondientes a los tres derechos del llamamiento al BDS); y b) el proyecto/actividad es de ‘co-resistencia’ a la opresión y no de ‘coexistencia’ bajo la opresión.

Las misiones de investigación fáctica patrocinadas por Israel, instituciones o grupos de presión israelíes son boicoteables.


Boicots de sentido común

Quienes defienden la justicia en todo el mundo pueden pedir un boicot o protestar contra una persona individual como respuesta a su complicidad con, responsabilidad en, o defensa de las violaciones israelíes del Derecho Internacional u otras violaciones de los derechos humanos. Mientras que la libertad artística individual debe ser plena y consistentemente respetada en el contexto de los boicots culturales, un/a artista, sea israelí o no, no puede estar exento/a de ser objeto de este tipo de boicot por ‘sentido común’.

Preguntas frecuentes

En 2004, la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) llamó a boicotear las instituciones académicas y culturales israelíes. PACBI es el órgano del Comité Nacional Palestino de BDS (BNC) encargado de supervisar los aspectos académicos y culturales del BDS. El boicot cultural fue convocado como respuesta a la participación activa de las instituciones culturales israelíes en el mantenimiento y encubrimiento de la ocupación, la colonización y el apartheid israelíes. Exhorta a las personas y organizaciones a boicotear las instituciones culturales israelíes, y pide a las y los artistas que se nieguen a actuar en Israel. El boicot cultural al apartheid de Sudáfrica fue una inspiración clave para el llamamiento palestino al boicot y sus directrices, a pesar de algunas diferencias cruciales. En particular, el boicot palestino, a diferencia del boicot cultural sudafricano, es institucional y no apunta a las personas como tales. Hay un número creciente de israelíes anticoloniales que apoyan el BDS, incluyendo el boicot cultural a Israel.

Las instituciones culturales forman parte integral del andamiaje ideológico e institucional del régimen israelí de ocupación, colonización y apartheid contra el pueblo palestino. Las instituciones culturales israelíes (incluyendo compañías de arte, grupos musicales, instituciones cinematográficas, gremios de escritores y festivales) se han sumado a la política oficial israelí. A pesar de los esfuerzos de un puñado de artistas, escritores/as y cineastas de principios, estas instituciones justifican y apoyan activamente la denegación sistemática de los derechos humanos palestinos por parte de Israel. Ya sea a través del silencio o de la participación directa en la campaña de propaganda “Marca Israel” dirigida por el gobierno, las instituciones culturales israelíes ayudan a blanquear, y por lo tanto a mantener, el régimen de opresión. Por ejemplo, la imagen de Israel se deterioró aún más tras la guerra de agresión contra la bloqueada Franja de Gaza en 2009. Esto llevó al gobierno a invertir más dinero en la campaña “Marca Israel”. Un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí dijo al New York Times: “Enviaremos al extranjero novelistas y escritores conocidos, compañías teatrales y exposiciones. Así mostrarán la cara más bonita de Israel.”

Un boicot a las instituciones culturales israelíes cómplices pondría al descubierto su papel de encubridoras y las presionaría para que pongan fin a su complicidad. El boicot, en el sentido más fundamental, consiste en “retirar la cooperación (…) con un sistema maligno”, como dijo Martin Luther King Jr. A su vez, el BDS hace un llamamiento a las personas de conciencia y a sus instituciones para que cumplan con su obligación moral de poner fin a la complicidad con el sistema de opresión de Israel.

El boicot cultural a Israel es institucional y se ajusta a la definición de libertad de expresión estipulada en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas (PIDCP). El BDS rechaza la censura y defiende el derecho universal a la libertad de expresión. El movimiento BDS, incluyendo a PACBI, está anclado en preceptos del Derecho Internacional y en los Derechos Humanos universales. Rechaza por principio los boicots a personas basados en su identidad (como la nacionalidad, la raza, el género o la religión) o en su opinión. Por lo tanto, la mera afiliación de trabajadores/as de la cultura a una institución cultural israelí no es motivo para aplicar el boicot.

Sí, pueden leer las Directrices para el Boicot Cultural Internacional a Israel en esta página (seleccione los recursos a la izquierda). Si necesita más consejos u orientación para discernir en un caso dudoso, como suele ocurrir muchas veces, póngase en contacto escribiéndonos a: pacbi@pacbi.org.

No. Nuestro boicot cultural se dirige a instituciones, no a personas. La única excepción es cuando un/a trabajador/a cultural es representante oficial del Estado o de una institución cultural israelí cómplice, o cuando un evento cultural internacional (ya sea de un artista individual o de un grupo) es patrocinado o financiado por el gobierno o por un grupo de presión israelí. No obstante, un/a artista, sea israelí o no, no puede estar exento/a de ser boicoteado/a por ‘sentido común’ como respuesta a su flagrante complicidad con, responsabilidad en o defensa de crímenes de guerra u otras violaciones graves de los derechos humanos, o su incitación a la violencia. Esto, sin embargo, está fuera del alcance de los criterios de PACBI para el boicot institucional. A este nivel, un trabajador cultural israelí debería ser tratado como cualquier otro criminal de la misma categoría, ni mejor ni peor.

Israel utiliza las actuaciones de artistas internacionales como sello de aprobación de su régimen de ocupación, colonialismo de asentamiento y apartheid. Independientemente de las intenciones de los artistas visitantes, sus actuaciones se utilizan para blanquear las violaciones de los derechos humanos cometidas por Israel. Actuar hoy en Tel Aviv equivale a actuar en Sun City, Sudáfrica, durante la época del apartheid. El arzobispo Desmond Tutu, líder de la lucha sudafricana contra el apartheid, ha declarado repetidamente que el sistema de apartheid de Israel es comparable, si no peor, al del apartheid de Sudáfrica. Cuando en 2010 la Ópera de Ciudad del Cabo cruzó la línea de piquete del BDS palestino y actuó en Tel Aviv, Tutu escribió: “sólo los sudafricanos de piel más gruesa se sentirían cómodos” actuando ante un público segregado. Y agregó “Así como dijimos durante el apartheid que era inapropiado que artistas internacionales actuaran en una sociedad basada en leyes discriminatorias y de exclusividad racial como Sudáfrica, también sería un error que la Ópera de Ciudad del Cabo actuara en Israel.”

No. Las directrices del BDS distinguen entre relaciones coercitivas y voluntarias. La población palestina de Israel vive bajo el apartheid. Como ciudadanas/os y contribuyentes, no pueden sino entablar relaciones cotidianas con las instituciones israelíes. Esto incluye emplearse en lugares de trabajo israelíes y utilizar servicios e instituciones públicas como escuelas, universidades y hospitales. Estas relaciones coercitivas no son exclusivas de Israel, y estuvieron presentes en otros contextos coloniales y de apartheid, como India y Sudáfrica, respectivamente. Por lo tanto, no se pide a la población palestina con ciudadanía israelí que boicotee las instituciones israelíes.

La afirmación de que el boicot perjudicaría a artistas israelíes que son “en gran medida progresistas”, además de ser bastante poco sincera y estar basada en una premisa falsa, en realidad pretende desviar la atención de tres hechos básicos. En primer lugar, que fue necesario llamar al boicot porque Israel está negando al pueblo palestino sus derechos fundamentales, incluidos los derechos y libertades culturales. En segundo lugar, que el boicot cultural palestino a Israel se dirige a las instituciones, no a las personas. Tercero, que esas instituciones culturales, lejos de ser más progresistas que la media en Israel, son un pilar central de la estructura israelí de opresión colonial y apartheid. La mayoría absoluta de las personas judías-israelíes, incluyendo a los artistas, niega los derechos fundamentales (reconocidos por la ONU) de la mayoría del pueblo palestino –la población refugiada− y apoya el mantenimiento del apartheid israelí.

¡Sí! Muchos factores apuntan al éxito del boicot cultural a Israel.

El gobierno israelí ha invertido importantes recursos para luchar contra el creciente boicot cultural a Israel, porque se da cuenta de que su aislamiento cultural está aumentando a medida que el BDS se va generalizando.

Destacando su compromiso con “la justicia y la paz”, en 2005 la icónica cantante estadounidense de R&B Lauryn Hill canceló una actuación programada en Tel Aviv, después de recibir llamamientos de activistas del BDS palestinos/as, israelíes e internacionales.

Entre las personalidades prestigiosas de la cultura que han apoyado el boicot cultural a Israel se encuentran: el difunto Stéphane Hessel (sobreviviente del Holocausto y colaborador en la redacción de la Declaración Universal de DD.HH. de 1948), John Berger, Arundhati Roy, Judith Butler, Naomi Klein, Ken Loach, Alice Walker, Angela Davis, Mira Nair, Roger Waters, Snoop Dogg, Brian Eno, Jean Luc Godard, Elvis Costello, Gil Scott Heron, Faithless, Zakir Hussain, Mike Leigh y muchos otros.

El año pasado, casi mil personalidades de la cultura de Gran Bretaña firmaron un compromiso de apoyo al boicot cultural a Israel, tras iniciativas similares en Montreal (Canadá), Irlanda y Sudáfrica.

Sí, hay una gran diferencia. El BDS pide boicotear a las instituciones israelíes, no a los individuos. El movimiento BDS, incluyendo a PACBI, rechaza por principio los boicots a personas, incluyendo figuras de la cultura. El boicot sudafricano fue un boicot general dirigido tanto a instituciones como a personas. Quienes siguen siendo reacios, por principio, a apoyar un boicot dirigido expresamente contra las instituciones culturales de Israel, mientras que en el pasado apoyaron o incluso lucharon por aplicar un boicot cultural mucho más amplio contra los artistas y las instituciones culturales del apartheid sudafricano, tienen dificultades para explicar esta peculiar incoherencia.

Activistas israelíes del BDS han desempeñado un papel importante al pedir a artistas internacionales que cancelen actuaciones en Tel Aviv y que se abstengan de prestar sus nombres para blanquear al apartheid israelí. Puedes ponerte en contacto con nuestro aliado israelí, Bocot desde Adentro, para pedirles más información.

No. PACBI rechaza la censura y se adhiere a la definición de libertad de expresión aceptada internacionalmente, tal como se estipula en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU (PIDCP). El movimiento BDS, incluyendo a PACBI, rechaza por principio los boicots a personas basados en su identidad (como nacionalidad, raza, género o religión) u opinión. Por lo tanto, la mera afiliación de trabajadores/as culturales a una institución cultural israelí no es motivo para aplicar el boicot. Sin embargo, si una persona representa al Estado de Israel o a una institución israelí cómplice, o es comisionada o reclutada para participar en los esfuerzos de Israel por ‘reinventarse’, entonces sus actividades están sujetas al boicot institucional que el movimiento BDS está pidiendo.

El BDS es la manera más eficaz de apoyar los derechos del pueblo palestino. Es lo que ha pedido la inmensa mayoría de las organizaciones de la sociedad civil palestina. Hay muchas maneras de apoyar el boicot. Póngase en contacto con un grupo local de solidaridad para obtener más información.

Hay muchas maneras de apoyar el boicot cultural a Israel, dependiendo de tu ubicación y afiliación. El movimiento BDS opera bajo el principio de sensibilidad al contexto, lo que significa que los grupos locales saben mejor cómo apoyar el boicot, al tiempo que respetan las directrices establecidas por la sociedad civil palestina. Trabajadores/as y colectivos culturales se han organizado para cancelar eventos que violan el boicot, por ejemplo. Otros han iniciado declaraciones de compromiso de artistas en apoyo al boicot. Si aún no lo has hecho, puedes ponerte en contacto con un grupo local de solidaridad para obtener más información. Visita la sección ¡Actúa! de esta página para obtener más información e ideas.

Evidentemente, este planteo no está dirigido a la sociedad civil palestina, que reclama este boicot institucional. Después de todo, los oprimidos nunca eligen a sus opresores; es al revés. Debido a que el régimen de Israel y sus corporaciones e instituciones cómplices son responsables de denegar al pueblo palestino los derechos que les consagra el Derecho Internacional, y debido a que la ‘comunidad internacional’, bajo la hegemonía de EE.UU., no ha hecho rendir cuentas a Israel, hemos llamado al BDS. Cuando usted está enfermo de gripe, naturalmente debe poner el acento en la gripe para hacer el tratamiento. Sin embargo, esta acusación se hace a menudo contra personas y asociaciones occidentales que apoyan el boicot cultural a Israel. La principal respuesta a esto es que es falso. El columnista israelí Larry Derfner, quien reconoce que el mundo muestra una “flagrante doble moral (...) en favor de Israel”, argumenta: “Si miras los serios y dolorosos castigos que el mundo impone a las naciones opresoras, Israel no está siendo señalado, está siendo dejado de lado.” De hecho, la Unión Europea ha impuesto sanciones a muchos países, incluyendo a EE.UU., Rusia, varios estados europeos y China, pero no a Israel. El apoyo incondicional en los planos económico, académico, diplomático, militar y de otros tipos que los EE.UU. y Europa brindan a Israel lo destaca y lo coloca fuera del ámbito de la rendición de cuentas. Derfner argumenta: “Las potencias occidentales pueden castigar a Rusia, a China, a Irán, a Siria, a Corea del Norte, a Zimbabue, a Sudán, etc., pero no tocarán a Israel (aun considerando las tímidas “directrices” de la Unión Europea). De hecho, el país más fuerte del mundo no sólo no castigará a Israel por su medio siglo de tiranía sobre el pueblo palestino, sino que sigue alimentándolo con armas mientras lo protege en la ONU. EE.UU. mima a Israel −el último puesto de avanzada del colonialismo en el mundo− como pocos países han sido mimados por una superpotencia en la historia.” Esta es la razón principal por la cual artistas e intelectuales de Occidente en particular tienen la obligación moral de apoyar el boicot a Israel, incluyendo sus instituciones culturales cómplices, para compensar el hecho de que sus Estados utilizan el dinero de sus impuestos y su silencio para mantener el brutal régimen israelí de ocupación, colonialismo y apartheid.